divendres, 13 de desembre del 2013

Sensaciones 10. La reponedora del súper.


Normalmente los Sábados por la tarde voy a comprar al supermercado del barrio, siempre llevo mi lista de las cosas que necesito, de las que casi el noventa por ciento de ellas, cada semana son las mismas, por eso, siempre empiezo por el lado de los refrescos y embutidos, pero hoy me han cambiado casi todos los artículos de sitio, he mirado en dos o tres estanterías y no encuentro un producto que necesito.

Unos metros más adelante una chica del súper, está reponiendo los artículos en una estantería, y me acerco para preguntarle. La chica es morena, tiene el pelo largo muy negro, va vestida con el mono calabaza del super, lleva también una gorrita granate y zapatos deportivos, al verme se gira, y me fijo mejor en su cara, resaltan mucho unos ojos grandes y  verdes, y lleva un piercing en la ceja y otro en el labio.

Le pregunto por el artículo que no encuentro y después de revisar en varios sitios, me dice que se debe de haber acabado y que la siga al almacén, pasa delante de mí y yo la sigo con el carro detrás. Entramos en el almacén, este esta repleto de palés, llenos de diferentes tipos de cajas: leche, aceite, refrescos, latas, y otros productos, la chica se pierde entre las cajas, y al rato sale con una caja en las manos, la coloca en una mesa y la abre, saca el artículo que buscaba, y me lo da, entonces me pregunta si vivo cerca del supermercado, pues ella se ha trasladado hace poco y no conoce a nadie del barrio, le digo que llevo bastante tiempo viviendo en esa zona, y que le podría presentar a gente, si nos viéramos alguna vez.

Entonces me dice que la siga, entra por un pasillo, pasamos varias puertas y llegamos a una que en un cartelito pone “Vestuario de mujeres”, la abre y me dice que entre, cerrándola después, se dirige a una taquilla y saca un bolso, saca de él un teléfono móvil, y me dice que le dé mi número, que me enviará una llamada y ya tendremos los números de ambos.

Antes de salir del vestuario se saca la gorra y deja caer toda su melena negra hacia atrás, y me pregunta si me parece guapa, yo me quedo bastante parado, pero seguidamente abriéndose  la cremallera del mono de trabajo, se lo quitó y se quedó en sujetador y tanga, poniéndose delante de mí, apoyada en la puerta, me dijo “¿aunque no crees que sin el mono estoy mejor?, yo creo que no nos favorece mucho”. Yo ya no sé si estaba mudo por la desfachatez de la chica o porque la verdad, sin el mono y con el cuerpo que tenía enfrente, ya estaba notando como crecía mi miembro debajo de la bragueta del pantalón.

Seguidamente se agachó y me sacó el cinturón, bajándome los pantalones y el slip, me cogió la polla y con la lengua me la empezó a lamer, después se la tragó hasta la campanilla, se la sacaba y con el piercing que también llevaba en la lengua, me lo frotaba por el frenillo y por todo el capullo, era una sensación rara, notaba el roce de la piel y el metálico del piercing. Me agaché un poco y le saqué el sujetador y al tocarle los pezones, ¡también llevaba un piercing en cada pezón!, seguí acariciándole los pechos, estirándole los aros. Ella seguía con la mamada, ahora se la tragaba toda, llegándole al fondo de la garganta y dándole arcadas, yo en una de éstas, no pude aguantar más y me corrí en su boca, intenté no chillar muy alto, pues el gusto que tuve fue tremendo, se tragó toda la leche y continuó un buen rato lamiéndome todo el capullo.

Entonces nos acabamos de desnudar y me estiré en el suelo boca arriba, ella se puso encima poniendo su coño encima de mi boca, y tirándose hacia delante, me cogió la polla, estábamos haciendo un sesenta y nueve. Le separé los labios del coño, y en el clítoris también llevaba un piercing, se lo lamí y metiéndole la lengua en la vagina, seguí estirándole con los dientes el anillo metálico, ella seguía jugando con mi polla, pasándole el piercing por el capullo y tragándosela todo lo que podía. Al rato los gemidos de placer de la chica eran más seguidos, y teniendo mi lengua metida en su vagina, apretó su sexo sobre mis labios y se corrió, derramando todos sus flujos en mi boca, tuvo un orgasmo intenso y placentero.

La chica se dio la vuelta y siguiendo encima de mí, se espatarró delante de la polla, se la metió  poco a poco, hasta que le fue entrando toda, y con ella dentro, fue rozando el piercing del clítoris en mi pelvis, y también frotando sus pechos en mi pecho. Nuestras bocas se unían en un gran morreo, y yo con la lengua, le buscaba los piercings que llevaba  en cada lóbulo de las orejas, lamiéndolos y mordisqueándolos.

Unos minutos después, aún con la polla bien metida, ella levantó su cuerpo, y se empezó a masturbar el clítoris, acariciándolo y estirándose el piercing, siguió, y siguió, hasta que se corrió, jadeando y moviendo la cabeza de arriba abajo, cuando se tranquilizó un poco, se sacó la polla del coño, y se puso en cuclillas, me empezó a pasar el piercing del clítoris por el capullo y el frenillo, y con la otra mano a masturbarme, me estaba dando un gusto enorme, yo mientras le tocaba las tetas, le metía los dedos en la boca y le acariciaba los labios. Yo estaba disfrutando como un loco, gimiendo y babeando de placer, hasta que ya no pude aguantar más y me corrí, soltando varios chorros de semen sobre su coño, ella continuó masturbándose, y mientras yo aún estaba gimiendo de gusto, se metió de nuevo toda la polla en el coño y se corrió dando chillidos de placer, y cayendo encima de mí, nos quedamos abrazados.

Nos levantamos y mientras nos vestíamos, comenté todos los piercings que llevaba por todo su cuerpo, entonces me enseñó el que llevaba en el ombligo, un brillante muy bonito, que contrastaba con su piel morena. Salimos del vestuario, recogí mi carro y continué con la compra.


Estoy en el supermercado, en que habitualmente compro, y estoy buscando un artículo, no lo encuentro donde siempre estaba, le voy a preguntar a una chica del súper, que está cerca reponiendo, si lo han cambiado de lugar, por cierto tiene los ojos verdes y dos piercings en la cara, uno en la ceja y otro en la comisura del labio…

Col·laboració de Nerus

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