Es media tarde, estoy en el pub con unos
amigos, jugando una partida de billar, al rato llega Miguel. Miguel se dedica a
la publicidad, lo llaman habitualmente de diferentes empresas, para eventos y
sesiones de fotografía. Se apunta a la partida, y mientras jugamos hablamos de
nuestras cosas, entre ellas Miguel me comenta “Por cierto Raúl, esta noche he
quedado en una casa particular, para satisfacer a una clienta habitual, pero
esta vez quiere hacer un trio, y me ha dicho si puedo ir acompañado de un
amigo, y he pensado en ti”.
Miguel al no tener ingresos fijos, para ganar
más dinero, se dedica a ir con mujeres (casi siempre maduras) que quieren estar
con chicos jóvenes para hacer el amor, yo con él he coincidido un par de veces
en fiestas de amigos, y hemos acabado en la cama con chicas, la verdad me ha
comentado que estoy bien dotado, y que también me podría dedicar a satisfacer a
mujeres insatisfechas.
Miguel me escribe la dirección de la casa en
una tarjeta, y me dice “Ven a las nueve de la noche, y nos encontramos directamente
allí”. En ese momento, yo no estaba muy convencido de ir, pero él lo dio como
hecho.
Estaba en casa, eran sobre las ocho de la
noche y tenía en la mano la tarjeta de Miguel, estaba pensando si iba a la
cita, tenía mis dudas. Primero porque esto no lo había hecho nunca y segundo,
porque hacía poco había quedado un par de veces, con una amiga que me gustaba,
y quería ir más en serio con ella.
Después de pensarlo un buen rato, decidí ir,
me duché, cogí el casco de la moto, y le dije a mis padres que había quedado
con unos amigos, para salir y que llegaría tarde.
La casa estaba en la zona alta de la ciudad,
llegué y dejé la moto en la acera. Era un chalet con jardín, me dirigí a la
puerta de la verja y pulsé el timbre, me respondió una voz de hombre, y le dije
que era amigo de Miguel, me respondió “Ahora salgo”. Era un hombre de unos
cincuenta años, alto y robusto, me abrió la puerta, y me dijo “Hala, ya puedes
entrar, ¡Que ya ha empezado la fiesta!”. Entré con él en la casa, y me indicó
que fuera por un pasillo a la habitación del fondo.
Entré en la habitación y vi a Miguel cogiendo
por las caderas y follándose por detrás,
a una mujer morena de unos cuarenta años, de piernas largas y muslos fuertes,
llevaba liguero y medias negras, tenía unas tetas grandes y aún llevaba el
sujetador puesto, me acerqué y Miguel me indicó que me desnudara, lo hice y me
puse de rodillas delante de la cara de la mujer, y ella cogiéndome la polla me
dijo “Hola soy Maribel” y yo le respondí “Yo me llamo Raúl”, ya no me pudo
decir nada más, porqué ya tenía mi polla dentro de su boca, sacándola y
lamiéndome el capullo con su lengua, al rato se me puso muy tiesa, Maribel se
la metía hasta la gola, dándole arcadas, pero seguía con ella toda dentro de su
boca, le quité el sujetador y le cogí sus grandes tetas, le rocé con las yemas
de mis dedos los pezones, que los tenía muy tiesos y duros. Maribel me estaba
dando una mamada de campeonato, nunca me habían hecho una igual, la tuve que
sacar un par de veces de su boca, porque me iba a correr, en una de ellas dio
un fuerte chillido y se convulsionó en un orgasmo bestial, Miguel le estaba
dando una buena follada por detrás, cuando se tranquilizó Miguel y yo cambiamos
la posición. Me agaché y le lamí el clítoris, metiéndole la lengua en la
vagina, lo mojé bien con saliva y le metí la polla en el coño, se la metía y la
sacaba toda sin la menor dificultad, mientras Miguel entraba y salía de su boca
sin contemplaciones cogiéndole con las dos manos su cabeza, y empujándola
fuertemente hacia él. Yo mientras la follaba le empecé a masturbar con los
dedos el clítoris, Maribel empezó a gemir y a convulsionarse, cada vez iba más
rápido en sus movimientos y gemidos hasta que acabó explotando en un orgasmo
apoteósico, al mismo tiempo yo me corrí en su coño, que lo tenía completamente
mojado de sus jugos y ardiendo de placer, y Miguel dándole un fuerte empujón se
corrió en la garganta de Maribel, al sacar nuestras pollas de dentro de ella,
le quedaron el coño y la boca chorreando de leche.
Maribel quedó tendida en la cama, y Miguel me
dijo que fuera con él, salimos de la habitación desnudos y al pasar por el
comedor, estaba el marido viendo la televisión y nos dijo “En la cocina tenéis
unos bocadillos preparados”. Ya en la cocina, Miguel me dijo que lo estaba
haciendo muy bien, cogimos unos bocadillos,
yo me comí dos con una cerveza, no había cenado y tenía mucha hambre.
Cuando acabamos de cenar regresamos a la
habitación, Maribel, salía del baño, nos dio un beso a cada uno y nos llevó a
la cama, nos empezó a chupar ambas pollas, pasando de una a otra, hasta
ponernos en forma, después se tumbó en la cama boca arriba y Miguel le separó
las piernas, y le metió la polla en el coño, follándola, yo me puse encima de
ella, y me cogió la polla con las tetas, moviéndola entre ellas como si las
follara, al rato se dio la vuelta y le dijo a Miguel “Métemela por el culo”, y
a mí me la cogió y me la empezó a mamar y a pasarme la lengua por el capullo,
estuvimos así hasta que Maribel tuvo otro orgasmo, y al abalanzarse hacia
delante, se tragó toda mi polla hasta el cuello, y casi me corro, entonces
Miguel se estiró boca arriba, Maribel se puso encima de él, metiéndose la polla
por el coño y saltando sobre ella, yo seguía con la mía dentro de su boca,
hasta que ella me dijo “Raúl métemela por el culo y folladme los dos”. Se la
metí, y en ese momento, Miguel la estaba follando por el coño, cogido por sus
caderas, y yo por el culo, cogiéndole las tetas con las manos. Maribel, gemía y
gritaba como una posesa, hasta que se corrió en un orgasmo sin fin, se movía
hacia delante y atrás, sin dejar de decir “¡Folladme, folladme!”, estaba fuera
de sí, Miguel dio un fuerte grito y se corrió, se movía sin sacársela, con toda
la polla metida en el coño, hasta los cojones. Al moverse Miguel de esta manera,
a mí se me salió del culo y entonces me puse delante de Maribel y se la metí en
la boca, la empecé a follar metiéndosela hasta la gola, Maribel tuvo otro
orgasmo, y se corrió, al chillar del gusto que tuvo, sacó mi polla de su boca y
entonces yo me corrí en sus labios y al mismo tiempo, Miguel en su coño.
Nos quedamos exhaustos los tres varios minutos
sobre la cama.
Miguel y yo nos vestimos, nos despedimos de
Maribel con un beso en la boca, y salimos al comedor, su marido nos dijo “¿Lo
habéis pasado bien, queréis comer algo
más?”, yo fui a la cocina, y cogí un bocadillo y un refresco, cuando volví al
comedor, el marido le estaba dando a Miguel un sobre con dinero, nos despedimos
y salimos a la calle y nos repartimos el contenido del sobre.
Me despierto, miro el reloj y son casi las
nueve de la noche, he quedado con Miguel, a esta hora para ir a casa de una
clienta, aún tengo mis dudas de ir, lo pensaré unos minutos…
Col·laboració de Nerus
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