Había imaginado tantas veces su encuentro,
que allí sentada en la cafetería,
entre gente desconocida,
le temblaban las piernas.
Tan solo verle detrás de la barra,
ya era un placer para sus ojos.
Le dejo un sobre a su nombre en el mostrador.
Sabía que lo cogería.
Solo una indicación: Abrir a Solas,
y salió al parking a esperarle.
Apoyada en su coche con su vestido negro
con la espalda descubierta, la cortita falda,
y sus medias negras a medio muslo.
Lo vio salir con tranquilidad.
Vio como abría el sobre mirando alrededor,
mientras aspiraba el olor de sus
braguitas húmedas, dobladas en su interior.
Cuando él la vio y sonrió,
ella tuvo que apoyarse en el coche.
Dios!!, era una locura, pero no había marcha atrás.
El se acercó rápidamente.
Se sonrieron, y ella susurrando
le preguntó si pensaba devolvérselas....
El la abrazó, besándola con fuerza,
buscando sus nalgas desnudas bajo la falda,
notando cómo el aroma de su
desnudo sexo impregnaba el aire…
Nerus
Col·laboració de Nerus
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