divendres, 23 de novembre del 2012

Charlas de vestuario 3



Aquesta és la tercera entrega de Charlas de Vestuario del nostre col·laborador Nerus


Salen de la ducha y entre risas Cristina cuenta a Gloria y a Rosario, que un día haciendo el amor con su novio, y dándole por detrás, estaba tan mojada que se le salio del coño, y al intentar metérsela otra vez la dirigió hacia el agujero equivocado, o sea el del culo, que hasta ese momento era virgen, pero al apretar hacia dentro entro con una facilidad inusual para ser la primera vez, intento quitárselo con un leve movimiento hacia delante, pero a las dos o tres embestidas de su novio empezó a notar una satisfacción que nunca había imaginado, y dejo que acabara penetrada por el culo, disfrutando mucho más de lo que había soñado, cuando pensaba, en que pasaría la primera vez que lo haría por el culo.

Gloria comento que ella por supuesto que no dejaría nunca que se lo hicieran por detrás, porque es muy clásica, y prefiere hacer el amor por donde se tiene que hacer, por el coño, y aparte que hacerlo por ahí debe de hacer mucho daño.

Entonces Rosario les dice a las dos, que les va a contar lo que le ocurrió con su marido. Al principio de casarse, todo iba muy bien, hacían el amor dos o tres veces por semana, pero como decía Gloria todo muy clásico, un día por cambiar, y saber lo que se puede disfrutar al ser penetrada por el culo, le comente a mi marido, que por que no lo hacíamos por detrás, él se negó rotundamente, porque no era normal en un matrimonio hacer cosas guarras, si lo pasas bien haciendo el amor por el coño.

He intentado muchas veces lo mismo, pero no he podido hacer que me penetrara por detrás.

Un día que estaba aburrida en casa, ya por las seis o siete de la tarde, pensé ir a buscar a mi marido al despacho para dar una vuelta cuando acabara su trabajo, decidí coger la llave de la puerta de entrada de la oficina, pues la tenía conmigo, porque al poco de casarnos, había trabajado un tiempo en el despacho, ya que la secretaría que tenían había dado a luz y estaba de permiso de parto.

Me dirigí a la oficina y abrí la puerta, y no vi a Irene, la secretaría, en su mesa, pensé que ya se abría ido, y fui hacía el despacho de mi marido, cuando me acercaba observé que la puerta estaba entreabierta, y escuche unos jadeos y voces, entonces miré dentro sigilosamente, y estaba mi marido follándose por detrás a Irene, me quede de piedra, estuve varios minutos sin reaccionar, pero volví en si cuando Irene, le gritó, métemela por el culo y fóllame, mi marido se la metió y estuvo follándosela hasta que se corrió.

Salí del despacho y me fui directamente para casa, no me podía sacar de la cabeza la escena que había presenciado, aparte del enfado por el hecho de que mi marido se tirara a otra, me había puesto calentísima, y todavía me dieron más ganas de hacerlo por el culo. Al entrar en la escalera me encontré con el vecino del piso de enfrente del mío, que yo ya le había echado el ojo hacía tiempo, un chico joven, que las veces que me había encontrado con él, me había dado cuenta, que disimuladamente me había echado varías miradas a mis piernas y a mi culo. 

Subimos al ascensor juntos, y con el enfado que llevaba encima, por lo ocurrido en el despacho de mi marido, y al mismo tiempo el calentón que me había dado, al recordar la escena presenciada en él, me lance hacía el vecino y le metí mano directamente al paquete, el pareció no cortarse, y me cogió por el culo subiéndome la falda hasta la cintura, sin darme cuenta me estaba comiendo la polla del vecino, con unas ganas que nunca hubiera imaginado en mí, y él me había bajado las bragas y tenía sus dedos, entrando y saliendo de mi coño, que me estaba poniendo a cien. Le cogí la polla y me la metí en el coño hasta el fondo, que gusto tan inmenso me dio, el vecino la metía y la sacaba como un loco sin parar, al cabo de un rato de vaivenes y gemidos de placer, me acorde de la escena de mi marido con la secretaría, y me saque la polla del coño, para metérmela en el culo pero no entraba, el problema era que el vecino tenía una buena polla, no muy larga, pero tenía un grosor inusual, que al ser yo virgen por el culo, hizo que yo no pudiera metérmela.

Subimos con el ascensor hasta el piso poniéndonos la ropa, más o menos como pudimos, por si al bajar nos cruzábamos con algún vecino, entramos en mi piso lo cogí de la mano, y lo lleve a la habitación de matrimonio, nos desnudamos completamente, tumbé al vecino en la cama boca arriba y me puse encima en posición sesenta y nueve y le empecé a chupar y a mamar la polla, mientras él me lamía el clítoris y me metía la lengua en el coño sin parar, así estuvimos mucho rato gimiendo y chillando, del gusto que nos dábamos, entonces me acorde, que en el cajón de la mesita de noche, tenía un tarrito de vaselina que había comprado, para usarlo en el caso que mi marido hubiera accedido a darme por el culo, lo cogí abriéndolo, y untándole bien la polla al vecino, yo  también me puse vaselina por todo el agujero del culo, tendí al vecino en la cama y yo me senté encima de él, apuntando la polla al agujero del culo, la empezó a meter con dificultad, pero la polla fue entrando en mi culo, hasta que la metió toda, entonces empecé a dar saltos metiéndola y sacándola disfrutando como una loca, corriéndome a los pocos minutos, al poco rato también  el vecino, dándome un empujón brutal, y metiéndome la polla hasta el fondo, se corrió dentro del culo.

Continué con la polla dentro del culo, disfrutando del momento largo tiempo, a continuación le cogí la polla al vecino haciéndole una mamada tremenda, que más quisiera mi marido que se la hiciera a él, me puse a cuatro patas y el vecino cogiéndome por la cintura, me metió toda la polla en el coño, follándome sin parar hasta correrse con grandes gemidos de placer. Nos quedamos abrazados en la cama, acariciándonos por todo el cuerpo, y besándonos en la boca. Al rato nos levantamos, nos vestimos y el vecino, que no lo he dicho antes se llama Luís, me abrazo, lo acompañe a la puerta, y se fue a su casa.

Bueno Cristina y Gloria de esta manera, le puse los cuernos a mi marido, encima conseguí que me dieran por el culo, y además tener al vecino como amante cuando me apetece.

Col·laboració de Nerus

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