dimarts, 29 d’octubre del 2013

Sensaciones 9 - La tienda de los arreglos


Me llamo Adrián, tengo veinte años y estudio Ingeniería de Sistemas en la Universidad. Este fin de semana pasado me he comprado unos pantalones tejanos, en una tienda de ropa del barrio, aprovechando las rebajas del mes de Julio. Al probármelos me iban bien de cintura pero eran un poco largos, entonces pregunté si podían arreglármelos, y me dijeron que estando de rebajas no hacían arreglos.

Al llegar a casa le pregunté a mi madre si conocía alguna casa de arreglos, me dijo que dos manzanas más abajo, en la esquina, habían abierto una nueva hacía pocos días.

Hoy Lunes, he salido un poco antes de la Universidad, y he aprovechado para ir con los pantalones a la tienda de arreglos, espero llegar a tiempo antes que cierren, porque ya son pasadas las siete de la tarde. La encuentro enseguida y entro, me atiende una chica de unos dieciocho años, con el pelo largo y rubio, va vestida con una camiseta blanca, pantalones cortos grises y botines negros, le entrego el pantalón, y al apoyarse en el mostrador para hacer el recibo, para ir a recogerlo, me enseña las tetas por el ligero escote de la camiseta, y por cierto ¡vaya par de tetas que tiene la chica!, grandes y bonitas. Me pregunta si me coge el bajo del pantalón, y le digo que ya me tomaron la medida en la tienda donde lo compré. Me da el recibo y me dice que lo tendré dentro de una semana.

Ayer Lunes no pude pasar por la tienda de arreglos a buscar el pantalón, pues se alargaron mucho las clases y llegué muy tarde a casa, esta mañana de Martes no tengo las clases de primera hora, y me dispongo para ir a buscar el pantalón tejano.

Al entrar no hay nadie en el mostrador, y después de dar los buenos días, de la puerta del taller sale una mujer de unos cuarenta años, de pelo largo rubio, lleva un vestido de color rosa, la falda le llega por debajo de las rodillas, bajo un escote generoso se ven dos tetas enormes, que provocan un canalillo que no puedes dejar de mirar, tiene unas caderas anchas, un culo grande redondeado, y lleva unos zapatos topolinos de plataforma muy alta.

Le doy el recibo de recogida, y a continuación busca entre las perchas mi pantalón, y le observo mejor el trasero, y está tan bien o mejor que la delantera, estira los brazos para coger la percha, se le sube la falda por encima de las rodillas, y tiene unas piernas y unos muslos perfectos, entonces pienso que para mi gusto, la señora a su edad está muy buena.

Me dice, que si me lo quiero probar, puedo pasar al taller, cojo los tejanos y entro en una habitación, que entre dos máquinas de coser, dos tablas de planchar y unos muebles con perchas llenas de ropa, no quedaba mucho sitio para probarse nada, como pude me saqué los pantalones y me puse los tejanos, me abroché los botones de la bragueta y me puse los zapatos, en ese momento, desde fuera, la señora me preguntó si podía pasar, le abrí la puerta, entró, llevaba un espejo, que apoyó en una de la máquinas de coser, y me preguntó cómo habían quedado.

Entonces cogiéndome por la cintura me puso delante del espejo, y comentó, “a mí me parece que han quedado un poco largos, ¿qué opinas tú?”, “pues sí, me caen mucho encima de los zapatos”, ella se giró para coger de una mesita pequeña, que había en un rincón, unas agujas, se dio la vuelta y se arrodilló delante de mí, para cogerme el bajo del pantalón, ¡madre mía!, desde arriba se le veían todas las tetas, hasta casi el ombligo, y al cambiarse de posición para cogerme el bajo de la otra pierna, casi se le sale una teta, sin querer se me empezó a poner la polla dura, de ver semejantes tetas, y cuando se iba levantando, diciéndome, que si estaba bien el pantalón, como me lo había cogido para arreglarlo de nuevo, yo ya tenía una erección bestial, que para la señora no pasó desapercibida, al pasar su mirada por delante de la bragueta.

Entonces sin ninguna vergüenza me plantó su mano encima de la polla, que se marcaba nítidamente debajo del tejano, diciéndome, “parece que de esta parte el pantalón  te viene un poco apretado, ¿no?”, y agachándose de nuevo, empezó a desabrocharme la bragueta, y me lo bajó junto con el slip, hasta las rodillas, me quedé con la polla tiesa apuntando a su cara, me la cogió con las dos manos, metiéndosela en la boca y tragándosela una y otra vez hasta los cojones, al rato se levantó, se puso de espaldas a mí y me dijo que le bajara la cremallera del vestido, lo hice y se lo sacó por la cabeza. Se quedó en sujetador y bragas, se pasó los brazos hacia atrás para quitarse el sujetador, y en ese momento parecía que se le iba a reventar, de las tetas tan inmensas que tenía, se lo sacó y le cogí las tetas con las manos, acerqué mi boca, y pasando mi lengua por todo el contorno de ellas, le lamí ambos pezones y sus areolas, por cierto enormes, mientras ella con la mano me masturbaba la polla, le estaba dejando las tetas bien mojaditas de saliva de tanto lametazo, pues no me cansaba de lamer unas tetas tan grandes.

Entonces se agachó y me cogió la polla con las dos tetas, y yo empecé a moverme arriba y abajo como si las follara, cuando salía el capullo por arriba, se lo metía en la boca. Estábamos, la señora con las manos cogiéndose las dos tetas, y yo con las mías apretándole los hombros y dándole fuertes golpes de polla, llegó un momento que no pude aguantar más, y en una de las embestidas se la metí casi toda en la boca, y tuve un orgasmo sensacional, corriéndome dentro de su boca, ella se tragó toda la leche y después me la lamió un buen rato.

La señora se sacó la polla de la boca y se la puso de nuevo entre las tetas, masturbándome, al rato ya la tenía dura otra vez, entonces se dio la vuelta y apoyándose con las dos manos en una de las máquinas de coser, me ofreció la grupa y su culo, yo agachándome le separé las dos nalgas y con la lengua, le empecé a comer el coño, lamiéndole el clítoris y metiéndole la lengua en la vagina. Ya con toda la zona bien lubricada y oyendo sus gemidos de placer, la cogí por las caderas y le metí la polla, a continuación la seguí follando dándole fuertes golpes de mis nalgas en su gran culo. Después me tiré hacia delante apoyándome en su espalda, le cogí las tetas con las manos, apretándole los pezones con los dedos, y sobándole todo su enorme contorno.

Se dio la vuelta y me cogió la polla, me estiró en el suelo boca arriba, ella se puso encima  y se la metió en el coño, tirándose hacia delante me puso las tetas encima de la cara, casi ahogándome, me separé un poco y fui lamiéndolas y mordisqueándole los pezones, la señora estaba saltando como una loca sobre mi polla, y jadeaba en cada penetración que tenía, de golpe se la clavó toda y frotando su clítoris en mi pelvis, tuvo un orgasmo larguísimo, corriéndose y dejándome los huevos completamente mojados, por unos minutos me tuvo aplastado debajo de ella.

Nos levantamos y ahora fue ella la que se puso en el suelo boca arriba, yo le separé las piernas y se la metí otra vez, follándola con frenesí y al mismo tiempo le acariciaba las tetas y la besaba en los labios. La señora cogiéndome el culo con las dos manos me acompañaba en mis entradas en su coño, que cada vez eran más profundas y violentas, sus gemidos cada vez eran más seguidos, hasta que me dio un apretón enorme, y entre chillidos de placer le vino un orgasmo bestial, corriéndose entre oleadas de placer, me tuvo clavado en ella varios minutos sin poderme mover. Cuando se tranquilizó me dijo que me pusiera de rodillas encima de ella delante de sus tetas, cogiéndome la polla con ellas, yo empecé a moverme como follándola, cada vez que salía mi polla por delante de su cara, la lamía con la lengua y se metía el capullo en la boca, después de bastante tiempo de disfrutar de sus tetas y de sus caricias con la lengua, ya no pude aguantar más, y me corrí en sus tetas, llegándole la leche a su cara, cuando acabé caí encima de ella y besándola en los labios le dije lo bien que lo había pasado, y que era una mujer guapa y  hermosa, con unas tetas enormes y un culo inmenso.

Estoy en la tienda de arreglos recogiendo el pantalón tejano,  y mientras la señora me cobra, la observo, y pienso que no me extraña que la chica del otro día fuera su hija, pues estaba tan buena como la madre, y tenía las tetas igual de grandes.

Col·laboració de Nerus

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