dilluns, 27 de maig del 2013

Mi primera vez con Franck (Part 2)



Avui proposem la lectura de la segona part d'aquest relat de Nerus. La primera part que vam publicar el passat dia 8 de maig la podeu llegir clicant AQUÍ

Al fin sonó el timbre y abrí la puerta, era un chico joven de unos veinticinco o veintiséis años, llevaba una camiseta negra entallada, pantalones tejanos y mocasines granates, al acercarnos para darnos un beso en la mejilla, mis pezones, que aún los tenía muy duros y tiesos, rozaron su pecho, y me dieron como una descarga eléctrica, que sentí por todo el cuerpo, él también lo notó y por instinto, me cogió con las dos manos por la cintura, nos quedamos mirando a los ojos durante unos segundos, yo creo que desde ese momento se dio cuenta de lo caliente que estaba, entonces me dijo que se llamaba Frank, y me dio un beso, apretándome ligeramente hacía él, yo le di otro apretándome un poco más, pues la sensación anterior en ese momento me había llegado a la entrepierna, y necesitaba unos segundos para recuperarme, nos separamos, y le dije que me llamaba Laura, entramos en el comedor y nos acercamos a la mesa, Frank me pidió un refresco y yo me puse algo más fuerte, ron con hielo.

Estuvimos hablando unos minutos, y nos sentamos en el sofá, me acabé la copa de ron, y la verdad es que ya no estaba nerviosa por la cita, sino todo lo contrario, caliente y excitada a rabiar, él lo notó, me puso un brazo por detrás de la espalda y la mano en el hombro, y con la otra me fue acariciando las piernas, continuó por los muslos, siguiendo por la falda, llegó al cinturón y me lo quitó. Acercó sus labios a los míos, yo le cogí la cabeza con las dos manos, y nos besamos, uniendo nuestras lenguas intercambiamos nuestra saliva, el beso duró varios minutos, entretanto él me había desabrochado la blusa, y me había bajado la falda casi hasta los tobillos.

Cogí a Frank de la mano y lo llevé a la habitación, yo ya estaba en sujetador y bragas, él se sentó al borde de la cama y empezó a bajarse los pantalones, le ayudé y le bajé el slip, se estiró en la cama boca arriba, yo me puse de rodillas a su lado cogiéndole el pene, bajándole la piel del capullo se lo besé, me lo metí en la boca y lo chupé de arriba para abajo, le lamí los testículos, cuando se le puso bien duro, me saqué el sujetador, se lo cogí con las tetas, meneándoselo con ellas, y lamiéndole la punta con la lengua. Él mientras me había sacado el tanga, y me estaba metiendo un dedo en la vagina, al rato me cogió una pierna y la pasó al otro lado de su cabeza, quedándole mi coño delante de su boca y al mismo tiempo su polla delante de la mía.

Frank empezó lamiendo la parte de mi sexo afeitada, y que ya no debía estar un poco roja, sino que después de la calentura de todo el día, tenía que estar ardiendo, siguió lamiendo los labios, estirándolos con su boca, y metiendo la punta de la lengua en la vagina, cuando rozó ligeramente el clítoris, ya lo tenía que parecía que iba a explotar, si Frank seguía así no tardaría mucho en correrme. Yo le seguía lamiendo y chupando la polla que cada vez la tenía más grande, él iba incrementando sus lamidas, más intensas sobre el clítoris, yo me estaba acercando al momento que no podría aguantar, gemía de gusto, y no paraba de chupársela y de  metérmela en la boca, de repente me quedé parada, porque me vino un gusto inmenso, me corría, pero en ese momento Frank dejó de lamer y fue dando vueltas con la lengua por mi sexo, manteniéndome en aquel punto, que fue bajando poco a poco, siguió metiendo la lengua en la vagina y lamiendo el clítoris, yo seguía con su miembro en la boca y en cada metida me llegaba a la garganta, y cada vez la notaba más grande, él seguía lamiendo y entonces me metió un dedo en el culo, volvía a ponerme muy caliente, me empecé a tensar de nuevo, y ahora sí me venía, ya no podía pasar lo del primero, él se centró otra vez a lamer el clítoris y cuando yo ya estaba a punto del orgasmo, volvió a lamer los bordes de mi sexo y a meter la lengua con delicadeza en la vagina. Frank era un maestro te llevaba al límite del placer y sabía el momento preciso de aplacarte y empezar de nuevo, pero el deseo del orgasmo y la excitación que tenía yo en esos momentos era brutal. Él seguía igual, lamiendo el contorno y labios de mi sexo y rozando el clítoris, esta vez me metió dos dedos en la vagina, y los iba moviendo lentamente, yo me metía la polla en la boca cada vez con más ganas y más a fondo, en una de ellas me atravesó la garganta y me dieron arcadas, pero aguanté con ella dentro, en ese momento valía todo, me incrusté el pene en la garganta, al llevar tanto rato mamándosela, se le había puesto el capullo tan grande que sólo lograba moverlo un par de centímetros dentro de mi boca, él como continuaba lamiendo sin parar el clítoris y moviendo sus dedos dentro de la vagina, me estaba poniendo otra vez a cien, sentía otra vez un gusto inmenso, Frank parecía que esta vez no paraba, me vino un orgasmo sensacional, no me pude aguantar, solté jugos por el culo y la vagina y también me meé. Estuve varios minutos gimiendo de placer, sentía un gusto inmenso, que parecía que no iba a parar nunca. Babeando, con la boca completamente abierta, yo seguía moviendo la polla dentro de mi garganta, cuando Frank gritó ¡voy, voy!, y noté como por su miembro subía la leche, y en varias sacudidas se estrellaba en mi garganta. Nos quedamos los dos exhaustos, él amorrado a mi sexo y yo con su pene metido en la boca.

Al rato me levanté, me tendí junto a él, y nos fuimos besando en los labios. Mientras yo le acariciaba el pene, él me masajeaba las tetas y el culo, se la fui meneando hasta que se le puso otra vez dura, me subí encima de él, apoyando mis manos en su pecho, iba observando todo su cuerpo, tenía los músculos del pecho, abdomen y muslos ligeramente marcados, se los iba siguiendo con el dedo, cuando llegué a la zona de las ingles cogí su polla y me la metí en el coño, subía y bajaba sobre ella cada vez con más ímpetu, él me cogió las tetas y se iba metiendo los pezones en la boca, pasando de uno a otro lamiéndolos y chupándolos, yo me estaba poniendo otra vez muy caliente, me la metí toda, moviéndome en círculos, fui frotando el clítoris sobre su pelvis, continué así hasta que tuve otro orgasmo, tan intenso que me la saqué y masturbándome el clítoris con la mano me corrí encima de su pecho, retorciéndome y gimiendo de placer caí encima de él.

Estuvimos mucho rato abrazados disfrutando de nuestros cuerpos, besándonos, acariciándonos y diciéndonos cosas bonitas, me fui deslizando para abajo lamiéndole todo el cuerpo, hasta llegar a la altura del pene, lo lamí todo, seguí por los testículos, para subir de nuevo y metérmela en la boca, mamándola con muchas ganas, pues quería que él también lo pasara lo mejor posible, cuando la tuvo dura como un palo, me puse a cuatro patas, el se arrodilló detrás, y me la metió en el coño toda de golpe, la sacaba y la metía con fuerza, también me metió dos dedos en el culo, me iba follando por mis dos agujeros, entonces me sacó los dedos del culo, y me lo ensartó con la polla, primero entró el capullo y la fue metiendo poco a poco hasta entrar toda, se me escapó un gritito de sorpresa y de dolor, que pronto cambié por gemidos de placer. Me estaba follando cambiando de agujero continuamente, yo al mismo tiempo me estaba masturbando frotándome el clítoris como una posesa, entonces Frank sacándola de mi culo, me la metió en el coño, aceleró sus movimientos, dándome unas embestidas tremendas, apretó sus manos en mis caderas, chilló, y soltó toda su leche, noté que llenaba toda mi vagina, hasta el  fondo, yo, en unos segundos, tuve otro orgasmo descomunal, con contracciones por todo mi cuerpo, gimiendo de gusto, hasta mearme encima de las sábanas, nos quedamos uno encima del otro, disfrutando de la corrida de ambos.
 Nos vestimos, y le dije si quería beber algo, se tomó un refresco y cogió un par de canapés, nos despedimos y se fue. Yo al quedarme sola y después de la velada tan intensa, me entró un hambre atroz y me comí todos los canapés.


Después de esta cita, he tenido varias más, con Frank y otros chicos de la agencia, pero nunca han sido tan excitantes y placenteras, como Mi primera vez con Frank. Por cierto desde entonces sigo afeitándome todo mi sexo.

Col·laboració de Nerus

1 comentari:

  1. Tan debò tots els homes sabessin fer-ho tant be la primera vegada...

    ResponElimina