Avui proposem la lectura de la segona part d'aquest relat de Nerus. La primera part que vam publicar el passat dia 8 de maig la podeu llegir clicant AQUÍ
Al fin sonó el timbre y abrí la puerta, era un
chico joven de unos veinticinco o veintiséis años, llevaba una camiseta negra
entallada, pantalones tejanos y mocasines granates, al acercarnos para darnos
un beso en la mejilla, mis pezones, que aún los tenía muy duros y tiesos,
rozaron su pecho, y me dieron como una descarga eléctrica, que sentí por todo
el cuerpo, él también lo notó y por instinto, me cogió con las dos manos por la
cintura, nos quedamos mirando a los ojos durante unos segundos, yo creo que
desde ese momento se dio cuenta de lo caliente que estaba, entonces me dijo que
se llamaba Frank, y me dio un beso, apretándome ligeramente hacía él, yo le di
otro apretándome un poco más, pues la sensación anterior en ese momento me
había llegado a la entrepierna, y necesitaba unos segundos para recuperarme,
nos separamos, y le dije que me llamaba Laura, entramos en el comedor y nos
acercamos a la mesa, Frank me pidió un refresco y yo me puse algo más fuerte,
ron con hielo.
Estuvimos hablando unos minutos, y nos
sentamos en el sofá, me acabé la copa de ron, y la verdad es que ya no estaba
nerviosa por la cita, sino todo lo contrario, caliente y excitada a rabiar, él
lo notó, me puso un brazo por detrás de la espalda y la mano en el hombro, y
con la otra me fue acariciando las piernas, continuó por los muslos, siguiendo
por la falda, llegó al cinturón y me lo quitó. Acercó sus labios a los míos, yo
le cogí la cabeza con las dos manos, y nos besamos, uniendo nuestras lenguas
intercambiamos nuestra saliva, el beso duró varios minutos, entretanto él me
había desabrochado la blusa, y me había bajado la falda casi hasta los
tobillos.
Cogí a Frank de la mano y lo llevé a la
habitación, yo ya estaba en sujetador y bragas, él se sentó al borde de la cama
y empezó a bajarse los pantalones, le ayudé y le bajé el slip, se estiró en la
cama boca arriba, yo me puse de rodillas a su lado cogiéndole el pene,
bajándole la piel del capullo se lo besé, me lo metí en la boca y lo chupé de arriba
para abajo, le lamí los testículos, cuando se le puso bien duro, me saqué el
sujetador, se lo cogí con las tetas, meneándoselo con ellas, y lamiéndole la
punta con la lengua. Él mientras me había sacado el tanga, y me estaba metiendo
un dedo en la vagina, al rato me cogió una pierna y la pasó al otro lado de su
cabeza, quedándole mi coño delante de su boca y al mismo tiempo su polla
delante de la mía.
Frank empezó lamiendo la parte de mi sexo
afeitada, y que ya no debía estar un poco roja, sino que después de la
calentura de todo el día, tenía que estar ardiendo, siguió lamiendo los labios,
estirándolos con su boca, y metiendo la punta de la lengua en la vagina, cuando
rozó ligeramente el clítoris, ya lo tenía que parecía que iba a explotar, si
Frank seguía así no tardaría mucho en correrme. Yo le seguía lamiendo y
chupando la polla que cada vez la tenía más grande, él iba incrementando sus
lamidas, más intensas sobre el clítoris, yo me estaba acercando al momento que
no podría aguantar, gemía de gusto, y no paraba de chupársela y de metérmela en la boca, de repente me quedé
parada, porque me vino un gusto inmenso, me corría, pero en ese momento Frank
dejó de lamer y fue dando vueltas con la lengua por mi sexo, manteniéndome en
aquel punto, que fue bajando poco a poco, siguió metiendo la lengua en la
vagina y lamiendo el clítoris, yo seguía con su miembro en la boca y en cada
metida me llegaba a la garganta, y cada vez la notaba más grande, él seguía
lamiendo y entonces me metió un dedo en el culo, volvía a ponerme muy caliente,
me empecé a tensar de nuevo, y ahora sí me venía, ya no podía pasar lo del
primero, él se centró otra vez a lamer el clítoris y cuando yo ya estaba a
punto del orgasmo, volvió a lamer los bordes de mi sexo y a meter la lengua con
delicadeza en la vagina. Frank era un maestro te llevaba al límite del placer y
sabía el momento preciso de aplacarte y empezar de nuevo, pero el deseo del
orgasmo y la excitación que tenía yo en esos momentos era brutal. Él seguía
igual, lamiendo el contorno y labios de mi sexo y rozando el clítoris, esta vez
me metió dos dedos en la vagina, y los iba moviendo lentamente, yo me metía la
polla en la boca cada vez con más ganas y más a fondo, en una de ellas me
atravesó la garganta y me dieron arcadas, pero aguanté con ella dentro, en ese
momento valía todo, me incrusté el pene en la garganta, al llevar tanto rato
mamándosela, se le había puesto el capullo tan grande que sólo lograba moverlo
un par de centímetros dentro de mi boca, él como continuaba lamiendo sin parar
el clítoris y moviendo sus dedos dentro de la vagina, me estaba poniendo otra
vez a cien, sentía otra vez un gusto inmenso, Frank parecía que esta vez no
paraba, me vino un orgasmo sensacional, no me pude aguantar, solté jugos por el
culo y la vagina y también me meé. Estuve varios minutos gimiendo de placer,
sentía un gusto inmenso, que parecía que no iba a parar nunca. Babeando, con la
boca completamente abierta, yo seguía moviendo la polla dentro de mi garganta,
cuando Frank gritó ¡voy, voy!, y noté como por su miembro subía la leche, y en
varias sacudidas se estrellaba en mi garganta. Nos quedamos los dos exhaustos,
él amorrado a mi sexo y yo con su pene metido en la boca.
Al rato me levanté, me tendí junto a él, y nos
fuimos besando en los labios. Mientras yo le acariciaba el pene, él me
masajeaba las tetas y el culo, se la fui meneando hasta que se le puso otra vez
dura, me subí encima de él, apoyando mis manos en su pecho, iba observando todo
su cuerpo, tenía los músculos del pecho, abdomen y muslos ligeramente marcados,
se los iba siguiendo con el dedo, cuando llegué a la zona de las ingles cogí su
polla y me la metí en el coño, subía y bajaba sobre ella cada vez con más
ímpetu, él me cogió las tetas y se iba metiendo los pezones en la boca, pasando
de uno a otro lamiéndolos y chupándolos, yo me estaba poniendo otra vez muy
caliente, me la metí toda, moviéndome en círculos, fui frotando el clítoris
sobre su pelvis, continué así hasta que tuve otro orgasmo, tan intenso que me
la saqué y masturbándome el clítoris con la mano me corrí encima de su pecho,
retorciéndome y gimiendo de placer caí encima de él.
Estuvimos mucho rato abrazados disfrutando de
nuestros cuerpos, besándonos, acariciándonos y diciéndonos cosas bonitas, me
fui deslizando para abajo lamiéndole todo el cuerpo, hasta llegar a la altura
del pene, lo lamí todo, seguí por los testículos, para subir de nuevo y
metérmela en la boca, mamándola con muchas ganas, pues quería que él también lo
pasara lo mejor posible, cuando la tuvo dura como un palo, me puse a cuatro
patas, el se arrodilló detrás, y me la metió en el coño toda de golpe, la
sacaba y la metía con fuerza, también me metió dos dedos en el culo, me iba
follando por mis dos agujeros, entonces me sacó los dedos del culo, y me lo
ensartó con la polla, primero entró el capullo y la fue metiendo poco a poco
hasta entrar toda, se me escapó un gritito de sorpresa y de dolor, que pronto
cambié por gemidos de placer. Me estaba follando cambiando de agujero
continuamente, yo al mismo tiempo me estaba masturbando frotándome el clítoris
como una posesa, entonces Frank sacándola de mi culo, me la metió en el coño,
aceleró sus movimientos, dándome unas embestidas tremendas, apretó sus manos en
mis caderas, chilló, y soltó toda su leche, noté que llenaba toda mi vagina,
hasta el fondo, yo, en unos segundos,
tuve otro orgasmo descomunal, con contracciones por todo mi cuerpo, gimiendo de
gusto, hasta mearme encima de las sábanas, nos quedamos uno encima del otro,
disfrutando de la corrida de ambos.
Nos
vestimos, y le dije si quería beber algo, se tomó un refresco y cogió un par de
canapés, nos despedimos y se fue. Yo al quedarme sola y después de la velada
tan intensa, me entró un hambre atroz y me comí todos los canapés.
Después de esta cita, he tenido varias más,
con Frank y otros chicos de la agencia, pero nunca han sido tan excitantes y
placenteras, como Mi primera vez con Frank. Por cierto desde entonces sigo
afeitándome todo mi sexo.
Col·laboració de Nerus
Tan debò tots els homes sabessin fer-ho tant be la primera vegada...
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