Me
llamo Gonzalo, estoy aterrizando en el aeropuerto de Santiago de Compostela,
procedente de Madrid, tengo una empresa de objetos de regalo y vengo para hacer
unas visitas a diferentes establecimientos de la ciudad.
Voy por el pasillo dirigiéndome a la terminal,
delante de mí van caminando dos chicas cogidas de la mano, una es rubia y
delgada, va vestida con una camiseta de tirantes granate, tejanos y con zapatos
de tacón color rojo, la otra es morena, lleva una camiseta rosa con escote,
minifalda azul y zapatos de tacón negros.
La chica de la minifalda está rellenita, tiene buenas tetas y el culo
respingón, que con el movimiento al andar se le sube la falda por detrás, y no puedo
apartar la mirada de su trasero.
Visito un par de tiendas del aeropuerto, y
después me dirijo a la librería y kiosco. Saludo al encargado que lo conozco de
hace varios años y me entrega el pedido, con la relación de objetos que
necesitan.
Me despido del encargado y me doy una vuelta
por la tienda, para ver cómo tienen expuestos mis productos, y en uno de los pasillos me encuentro a las dos
chicas del viaje, la morena del culo respingón está agachada, mirando una
cajita de colonia de la estantería, tiene la falda tan subida por detrás, que
se le ve la tira roja del tanga y los dos mofletes del culo. Esta imagen me
pone tan cachondo, que de golpe tengo una erección tremenda, paso al lado de
ellas y me giro levemente, para que no me vean el bulto de la bragueta, las
saludo y sigo mirando en las estanterías.
Después de visitar varias tiendas de la
ciudad, ya es mediodía y me dirijo al restaurante Carballeira, casi siempre que
voy a Santiago como en este lugar, saludo a los dueños y me siento en la mesa,
el camarero toma nota de la comida, y al
escuchar reír a un grupo de jóvenes que estaban sentados unas mesas más allá de
la mía, me acuerdo de las dos chicas del aeropuerto, y se me pone dura de
nuevo, me levanto y me dirijo al cuarto de baño para desahogarme. Estoy en el
baño con la polla en la mano a punto de meneármela, cuando del lavabo de
mujeres, siento unos gemidos y suspiros, cada vez más altos y seguidos, me subo
los pantalones y salgo, veo que la puerta del lavabo de mujeres está entreabierta,
y de allí es de donde se oyen los gemidos, abro la puerta unos centímetros y
veo a la chica rubia del aeropuerto, de pie, encima de la taza del váter,
espatarrada, y la morena agachada comiéndole el coño, yo viéndole el culo
respingón con la falda subida hasta la cintura, entro, cierro la puerta, le
cojo el culo a la morena con las dos manos, le separo la cinta del tanga y le
meto toda la lengua en el coño, sacándola y metiéndola, le abro más las
piernas, le lamo el clítoris y todo el borde y labios, la chica en vez de
retirarse se espatarra más para que se lo pueda comer mejor. Al rato las dos
chicas se corren, gimiendo y suspirando de placer, entonces me bajo los
pantalones, la polla me salta como si tuviera un resorte, ya que después de la
calentura de toda la mañana, la tenía dura como un palo, cojo por la cintura a
la morena y le meto la polla en el coño hasta los cojones, al mismo tiempo que
entro y salgo, le voy dando fuertes golpes con mi pelvis en su culo respingón,
en pocos minutos eyaculo, con una corrida tremenda, que del gusto que tengo, me
caigo encima de su espalda, quedando un buen rato exhausto, mientras la rubia
seguía disfrutando de la comida que le estaba haciendo su amiga, y se corría
por segunda vez.
Nos pusimos de pie y yo me senté en la taza,
la morena se puso delante de mí para que le comiera el coño, cosa que hice
inmediatamente, y la rubia se arrodilló delante de mi polla, metiéndosela en la
boca, y mamándomela como una posesa, en pocos minutos se me puso como antes de
la corrida, dentro del coño de la morena. La chica rubia se levantó y dándose
la vuelta se la metió en el coño, sentándose en mis muslos, dando unos saltos
tremendos, yo seguía lamiendo el coño de la morena, estuvimos así mucho tiempo,
hasta que se levantó la rubia y la morena se deslizó para abajo metiéndosela
toda y empezando a follarme, apoyando las manos en mis hombros, mientras la
amiga, me empezó a lamer los huevos y la polla, también el coño y el culo de la
amiga. Yo a la morena le había subido la camiseta y le iba lamiendo las tetas y
los pezones, después le di un morreo interminable, metiéndole la lengua en la
boca y mordiéndole los labios, a los pocos minutos la morena dio un chillido y
se clavó la polla hasta el fondo, y tuvo un orgasmo apoteósico, apretando tanto
los músculos del coño, que casi me hizo daño en la polla, que la tenía que no
podía aguantar más, iba a explotar en cualquier momento, entonces se pusieron
las dos delante de mí y me corrí en la boca de ambas, tragándose toda la leche,
y lamiéndomela hasta que se me fue bajando la erección.
Nos vestimos, las chicas me dieron un beso en
los labios, y sin decir más palabras que adiós se fueron.
Estoy en el restaurante y no se me baja la
calentura que llevo, no puedo dejar de pensar en las dos chicas del aeropuerto,
sobre todo la morena del culo respingón, tendré que ir al cuarto de baño a
masturbarme, para que se me baje la erección que tengo.
Col·laboració de Nerus
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