divendres, 1 de febrer del 2013

Sensaciones 1


Amb el títol Sensaciones, el nostre col·laborador Nerus que ens ha anat amenitzant els darrers mesos amb les seves Charlas de vestuario, inicia una nova serie de relats que esperem que us agradi força.


Acabadas las Charlas de Vestuario, hasta tener nuevas experiencias, empiezo unos nuevos relatos sexuales, de aparición quincenal, con el título de Sensaciones. Con estos relatos, quiero expresar situaciones reales o ficticias de momentos puntuales de la vida cotidiana, momentos relativos al estado de ánimo, un momento emotivo, un momento erótico, al lugar y entorno que ocurren los hechos, y a los diferentes tipos de personas, que concurren en cada situación. Todos estos ingredientes contribuyen a terminar cada relato, con un acto sexual completamente diferente.


Era una fría noche de Otoño, salía muy tarde del gimnasio, me dirigía hacia la salida, notaba mis músculos cansados después de casi dos horas de esfuerzo, entre estiramientos, carrera y diferentes maquinas de musculación. Iba inmerso en mis pensamientos cuando de pronto, vi delante de mí una silueta angelical, la verdad no se si era una aparición o una imagen real.

La chica era de mediana altura, llevaba unas mallas negras que marcaban todas las formas de sus perfectas piernas, seguí mirando hacia abajo y en sus pies calzaba unos botines de tacón color marrón claro, llevaba puesta una cazadora negra que tapaba parte de su culo, y en cada paso que daba, dejaba ver, apretadas por esa malla, parte de sus nalgas que en medio dibujaban la línea de lo prohibido. De su cabeza brotaba una melena de pelo castaño, que caía sobre sus hombros, en la espalda semitapada por su cabello, sobresalía una mochila, que se iba zarandeando al tiempo de sus pasos, esto me hizo imaginar el movimiento que debían tener sus pechos al compás de la mochila.

La chica como si intuyera lo que iba a pasar, dirigió sus pasos hacía la pared del pasillo, hasta pararse en un rincón oscuro, me acerque y la cogí a la altura de la espalda, su pelo olía a champú recién duchada, mis labios besaron su cuello, que tenía sabor a perfume, mis manos fueron bajando por la cintura y la cadera, hasta llegar a las mallas, las baje y deje al aire su culo, que en su centro, en contraste con su tersa piel blanca, resaltaba la tira negra de su tanga.

En la penumbra del rincón le baje el tanga, también saque mi polla del chándal, que ya la tenia con una erección enorme, la roce por ese culo turbador, le abrí las piernas espatarrándola, y entre sus gemidos de placer la fui penetrando delicadamente. En ese momento mi polla estaba disfrutando de su sexo, mis manos apretaban sus pechos, mis labios succionaban sus lóbulos y besaban su cuello, era mía toda ella. Seguía follándola con movimientos rítmicos, estos fueron cada vez más rápidos, mi polla en cada golpe que daba entraba un poco más en su coño, los gemidos de placer de los dos fueron incrementándose, hasta que ella entre jadeos y movimientos convulsivos tuvo un orgasmo, al mismo tiempo tenso todo su cuerpo poniéndose de puntillas, al bajar se clavo toda la polla hasta el fondo, esto me hizo explotar y soltar toda mi leche, en varias oleadas dentro de ella, estuvimos unidos unos minutos, disfrutando de la corrida de ambos.

Nos separamos, me agache para subirme el chándal y cuando mire al frente ya no había nadie.

Muchos días al salir del gimnasio me espero en el pasillo para ver si me la encuentro, también he preguntado a los empleados y no la conoce nadie, yo seguiré con el recuerdo de aquella noche y la esperanza de encontrarla algún día.     

Col·laboració de Nerus

1 comentari:

  1. me parece un relato rico, que no se hace pesado y me ha puesto cachond@, sigue asi Nerus que esto promete

    anonimoss

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